Todavía hoy, el ciudadano que quiere cruzar a pie la plaza de Colón debe atravesar dos pasos subterráneos. Los pasos en cuestión son bastante desagradables, feos, sucios e inseguros. Muchos años llevamos pidiendo que se supriman, y no hay respuesta. Ahora parece que hay proyectos para remodelar la plaza de Colón, pero no hay fecha para el comienzo de esas obras.
Pero la realidad es que para hacer transitable la plaza no hacen falta grandes proyectos, ni obras faraónicas, ni cambiar estatuas, ni suprimir fuentes. Lo único que hace falta es pintar dos pasos cebra en el asfalto. ¿Es que no hay presupuesto en el Ayuntamiento para un bote de pintura blanca? Si no lo hay, yo les presto lo que haga falta, pero, por favor, no nos hagan esperar más. Sólo pedimos que nos permitan caminar por nuestra ciudad con un poquito de dignidad y sin tantos obstáculos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de julio de 2003