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OPINIÓN DEL LECTOR

Urgencias de La Paz

Acudimos el día 7 al servicio de urgencias de La Paz con un familiar. Desde febrero, hemos acudido en muchas ocasiones y siempre nos encontramos lo mismo:masificación, pésima atención, médicos que están saturados y que, por lo tanto, no realizan su trabajo con mínimas garantías, enfermos en los pasillos durante días (me refiero a las urgencias del hospital general) instalaciones deficientes y horas y horas de espera.

He de puntualizar que los médicos intentan realizar su trabajo, pero ni los medios ni las infraestructuras se lo permiten.

Tal vez si la ministra de Sanidad hiciera un hueco en su apretada agenda podría visitar las urgencias de dicho hospital un día cualquiera, que escoja, porque la situación se mantiene desde hace años.

Pero lo del 7 de julio superó todo lo vivido en otras ocasiones.Por un momento pensé que había ocurrido una catástrofe como en las películas. La puerta de acceso de ambulancias estaba saturada por la gente a la espera de atención; la sala de espera, desbordada; el pasillo de acceso, atascado... Y todo eso cuando a las 18.00 acudieron los familiares de los ingresados.

Presenté, por supuesto, una reclamación en atención al paciente y solicité que algún médico me informara. Llevábamos esperando en la sala de espera desde las 15.00 y eran ya las 8.00. Cuando nos marchamos, la gente que estaba esperando como nosotros se burló y mofó de mi reclamación y mi familiar tuvo que soportar la sorna de esas personas.

Decirles a semejantes individuos que reclamar los derechos que a uno le corresponden es lo mínimo que un ser humano puede exigir y que gente como ellos son los que hacen que no se solucionen las deficiencias.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de julio de 2003