Planistat, la principal empresa implicada en el escándalo financiero descubierto en Eurostat, la oficina estadística de la UE, tiene múltiples contratos con el Gobierno francés y con empresas públicas francesas, según información oficial de la sociedad. La Comisión Europea suspendió el miércoles 58 contratos por valor de 49 millones de euros que tenía vigentes Eurostat y otros organismos del Ejecutivo comunitario con Planistat, una vez descubierto que la oficina estadística ha manejado durante años una caja B, cuentas ocultas y hasta contratos ficticios o engordados artificialmente.
Planistat, con sede central en París y filiales en España, Bélgica y Luxemburgo, donde está la sede de Eurostat, ha firmado desde su creación en 1991 al menos 400 contratos con organismos comunitarios y todos ellos serán revisados ahora. El escándalo está siendo investigado por la Oficina Europea contra el Fraude (OLAF) y por la justicia francesa. La Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo ha tomado cartas en el asunto y celebrará una reunión específica al respecto el próximo día 16.
Por medio de un comunicado en la página web de Planistat, el presidente de esta sociedad, que asegura manejar 130 millones de datos estadísticos para su posible comercialización, desmiente noticias según las cuales Planistat ha tenido relación directa con una caja negra manejada a través de la cuenta denominada Eurodiff en Luxemburgo u otras similares en España o Bélgica. Asimismo, señala que ni la empresa ni sus dirigentes se han beneficiado de supuestos desvíos de fondos comunitarios.
La empresa, la principal beneficiaria de los contratos para servicios externos suscritos por Eurostat, tiene acuerdos con 12 ministerios franceses (Exteriores, Agricultura, Justicia, Industria...), así como con empresas públicas francesas como Electricité de France. El Banco Mundial también es cliente.
Fuentes de la Comisión señalaron ayer que la "hipótesis más probable" sobre el origen de la estrecha colaboración entre Planistat y Eurostat reside en que la oficina estadística de la Comisión ha estado dirigida en los últimos años por el francés Yves Franchet, que el miércoles fue apartado definitivamente del cargo cuando sólo le faltaban meses para jubilarse. Junto a él, fueron también cesados sus dos principales colaboradores, Daniel Byk y Photius Nanopoulos. Los seis directores de la oficina han sido apartados de sus funciones y actúan desde el miércoles como "asesores".
Fuentes de la Comisión señalaron ayer que, aunque el origen del escándalo se remonta a la década pasada, el Ejecutivo comunitario sólo ha podido actuar cuando ha tenido pruebas derivadas de la investigación que en las últimas tres semanas ha realizado el Servicio de Auditoría Interna (SAI). Ahora, 20 funcionarios han sido destinados a investigar el caso y prevén presentar sus conclusiones en octubre.
Hasta entonces, añaden las mismas fuentes, la Comisión no desea abordar las posibles responsabilidades políticas que, en principio, afectarían a tres comisarios. Se trata del comisario de Asuntos Económicos, el español Pedro Solbes, del que orgánicamente depende Eurostat desde su incorporación a la Comisión en el año 1999; la comisaria de Presupuesto, la alemana Michaele Schreyer, y el comisario de Reforma Administrativa, el británico Neil Kinnock.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de julio de 2003