Los cuerpos de Ladan y Laleh Bijani, las siamesas iraníes de 29 años que murieron el pasado martes en una operación para separarlas -estaban unidas por el cráneo- en Singapur, llegaron ayer a Teherán. Hoy serán enterradas en su ciudad natal, Shiraz. Apenas una decena de amigos íntimos recibieron en el aeropuerto los féretros. Ni sus padres biológicos ni Alireza Safaian, el médico que las prohijó hace años, estuvieron presentes.
El presidente iraní, Mohamed Jatamí, envió un mensaje de condolencia. Irán prepara para la semana próxima un homenaje nacional a las hermanas.
"Era muy difícil para ellas vivir así, por eso eligieron entre la vida y la muerte", dijo una amiga, Maryam Nofarsti.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de julio de 2003