La asociación suiza Exit, que defiende el derecho a la muerte asistida, ayudó a morir a 748 personas entre 1990 y 2000, según un estudio realizado por la Universidad de Zurich y difundido ayer. Estas cifras equivalen al 4,8% de los suicidios registrados en Suiza durante esa década y al 0,1% de las muertes producidas en ese país en el mismo período.
El autor de la investigación, Georg Bosshard, del Instituto de medicina forense de Zurich, indicó que el 80% de la personas que recurrieron a Exit para quitarse la vida padecía una enfermedad irreversible, y las demás sufrían dolencias reumáticas o dolores crónicos. Hubo nueve casos de enfermedades psíquicas, de las cuales ocho eran depresiones.
En cuanto a las edades de las personas que recurrieron a la sociedad, el informe precisa que los varones tenían una media de 73 años y las mujeres de 72.
Suiza es uno de los pocos países del mundo que permite el suicidio asistido, cuya principal diferencia con la eutanasia reside en que no se lo considera un acto médico reglado, como ocurre en Holanda y Bélgica, sino un homicidio cometido a petición de la víctima y no motivado por perversas intenciones. Exit se creó en Gran Bretaña en 1977.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de julio de 2003