La ola de calor de las últimas semanas ha supuesto un nuevo recorte de las producciones agrícolas continentales. Estas pérdidas se suman a las sufridas ya por el conjunto del sector cerealista, con la excepción de Andalucía, por el asurado de los campos. Las previsiones de cosecha han pasado de 19,5 millones de toneladas a menos de 17 millones por los descensos en cebada y trigo blando.
En vino, las previsiones apuntaban a una campaña cuya producción estará por encima de los 45 millones de hectolitros. Pero la falta de agua, sumada al fuerte calor, ha rebajado las previsiones a 40 millones de hectolitros. En cuanto al azúcar, la producción en la zona sur se reducirá por la falta de lluvia en la superficies de secano. Igualmente, el calor ha afectado negativamente al resto de las zonas. Estas condiciones climatológicas, junto al retraimiento de los agricultores a la siembra de remolacha, debido a las penalizaciones sufridas la campaña anterior por la producción excedentaria, aventuran una campaña ajustada a la cuota de 974.000 toneladas. La campaña anterior, la producción fue de 1.205.000 toneladas. Ello obligó a reportar 193.000 toneladas a la campaña siguiente y a la exportación de otras 112.000 toneladas a precios ruinosos
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Respecto al aceite de oliva, las expectativas apuntaban a una cosecha record por encima de 1,5 millones de toneladas frente a las 865.000 toneladas de la campaña actual. El calor ha afectado seriamente a los árboles. A pesar de ello, se espera una gran cosecha superior a 1,3 millones de toneladas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de julio de 2003