La plaza de Chueca, en el distrito de Centro, se ha convertido en un foco de atracción para centenares de madrileños. Las terrazas están abarrotadas desde la tarde, y conseguir un sitio libre se ha convertido casi en misión imposible. Los fines de semana resulta difícil hasta aparcar los coches. A algunos paseantes, por el contrario, no les importa tener gran cantidad de admiradores en los alrededores y proclaman su amor en público, tal como muestra la fotografía tomada ayer por la tarde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de julio de 2003