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Vila-Matas invita a desconfiar de la literatura que dicta el mercado

Es difícil saber cuándo el escritor Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) habla de realidad o de ficción. Mezcla ambos factores constantemente, como en sus novelas. Y lamenta que en España haya esta necesidad de separar una cosa de la otra. "Es una cuestión española porque en Latinoamérica se mezclan y a nadie le parece raro", asegura. Vila-Matas estuvo ayer en la Menéndez Pelayo, de Santander, donde participó en los Martes Literarios.

Antes de iniciar la charla recordó a su amigo Roberto Bolaño, fallecido ayer en Barcelona, del que dijo ser un gran admirador. "A él le debo mucho. Sobre todo porque cuando yo pensaba que El viaje vertical era una historia banal, él me dijo todo lo contrario, que era una obra en la que pasaba mucho. Y me animó a seguir".

El escritor habló del libro que acaba de terminar, París no se acaba nunca y recomendó a sus lectores desconfiar de la novela establecida por el mercado. "Hay que pensar en la literatura que no está prohibida pero sí eliminada por los intereses comerciales", aseguró. Y aboga por que cada lector realice su propia investigación para adentrarse en la lectura y que no haya una imposición de ciertas obras.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de julio de 2003