La holandesa Inge de Bruin fue una de las grandes atracciones de ayer en Sant Jordi. Hizo unos largos de estiramiento junto a otros nadadores de su equipo en la calle seis, se quitó el bañador al borde de la piscina, se vistió y, sin perder nunca la sonrisa, se fue.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de julio de 2003