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CARTAS AL DIRECTOR

Vendedores perseguidos

Puerta del Sol, calle Arenal, media tarde del 9 de julio. Vienen hacia mí unos cuantos vendedores ambulantes huyendo de la policía. Me aparto y les facilito la huida. Llego a Preciados y una mujer me empuja y sigue corriendo en dirección a El Corte Inglés. Creo que es una perseguida más, pero resulta ser una perseguidora, de civil, que junto con otros civiles intentan atrapar a los vendedores. Una mujer increpa a un policía: "No tiene por qué pegarles con la porra. Si quieren les sacan las mercancías, pero no han hecho nada para que les peguen. Son seres humanos y no han hecho nada".

El policía le grita: "Usted a callar". Intervengo: "¿Cómo que a callar? ¿Es que esto es una dictadura o qué?". Varias mujeres se quejan de la acción policial: que por qué no detienen a los ladrones; que una vez me asaltaron con un arma y no vino nadie; que son seres humanos estos inmigrantes. Busco a la mujer policía que me empujó: "Oye, me has llevado por delante". "Disculpe", fue la amable respuesta. Está claro: si eres blanquito, disculpas; si eres negrito, palos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de julio de 2003