Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Crónica:

"Tenía el alma en el Atlético"

Simeone firma por dos años y regresa al club rojiblanco seis años después de marcharse

"Dije que no olvidaría a la afición del Atlético y aquí estoy para demostrar que era verdad". Y era verdad. Palabra del Cholo Simeone (Buenos Aires, 1970): "Sabía que volvería a vestirme de rojiblanco". Y ya está en Madrid con la camiseta guardada en el baúl. Con 33 años cumplidos, tras haber padecido hace menos de un año una grave lesión y con un contrato por dos años en el bolsillo. "Pero con mucho fútbol todavía en las botas", advierte retador.

Diego Pablo Simeone, el Cholo, aterrizó en Sevilla en 1993. Tenía 23 años, le apodaban el Chino por sus ojos entrecerrados y casi cubiertos por los párpados, y tenía la cara llena de pequeñas cicatrices. También llevaba sellado en el cerebro un código "del vestuario" aprendido de su maestro, Carlos Bilardo. Un código marcado golpe a golpe desde que debutó siendo casi un niño, con 17 años, en Vélez. Con ese librillo pasó por Pisa, Italia, y de ahí llegó a Sevilla. En España, a los dos meses ya tenía una multa de su propio equipo. A los tres meses, un expediente por agresión. "Picaresca e inteligencia", repetía él para definir sus encontronazos permanentes con la justicia deportiva. "En el fútbol hay que saber leer el juego y lo que rodea al juego", sostiene el Cholo siempre que alguien le pregunta por su particular manera de entender el fútbol.

Seis años después vuelve a la Liga española. Al Atlético, claro. "Al club donde dejé el alma", dice con ese sentido de la tragedia, de la frase lapidaria, tan suyo. "Tenía el cuerpo allá, en Italia, y la mente en España: ahora ya están juntas", dijo ayer. Simeone estuvo en el club rojiblanco entre 1994 y 1997. Desde entonces la afición le calienta el sitio. Su paso fue más que suficiente para una hinchada que sigue celebrando lo que sea menester celebrar -un ascenso, por ejemplo- con la vieja camiseta con el número 14 que se dejó el Cholo cuando se marchó al Inter. Ahora viene por dos años con la libertad bajo el brazo tras gestionar su salida con el Lazio. Dejó el club rojiblanco en 1997, hace seis años. Y desde el primer día en que se marchó hasta hace un mes se ha escuchado siempre el mismo grito de guerra en el Calderón: "Ole, ole, ole, Cholo Simeone".

Simeone vuelve a un lugar cálido, lleno de afecto y amigos, de rimas alentadoras y camisetas antiguas. Pero también a un campeonato repleto de viejos adversarios. Las muescas del revólver del argentino incluyen al madridista Beckham, por ejemplo. El Cholo reconoció que había provocado al inglés hasta conseguir que perdiera los nervios y le expulsaran en el Mundial de Francia en 1998. "Apenas me tocó", resumió Simeone con media sonrisa. También ha mantenido severos litigios, de esos con insultos, plantillazos y codazos, con Helguera. Y, seguro, que Julen Guerrero aún se mira de vez en cuando la cicatriz que le dejaron los tacos de las botas del argentino cuando decidió aplastarlos contra sus muslos.

Pero también se reencuentra con las cifras. Unos dígitos que recuerdan que el Cholo ha ganado una Liga y una Copa con el Atlético. O que ha marcado 19 goles con la camiseta rojiblanca en 97 partidos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de julio de 2003