Los esfuerzos de las tropas de EE UU por aplastar a los leales a Sadam sufrieron ayer un nuevo revés, con el asesinato del alcalde proestadounidense de Haditha, ciudad de mayoría suní situada en la zona más conflictiva del país, y la muerte de un soldado en una emboscada cerca de Bagdad. El alcalde, Mohamed Nayil al Jurayfi, fue acribillado a balazos junto a uno de sus hijos cuando viajaba en coche por Haditha, a unos 250 kilómetros al noroeste de la capital. Algunos habitantes le acusaban de colaborar con los norteamericanos.
Junto a Faluya, Ramadi y Tikrit, la ciudad forma parte de la zona que más problemas está creando a los estadounidenses desde que se decretase el fin de las operaciones de combate en Irak el pasado 1 de mayo. En el llamado triángulo suní al noroeste de Bagdad han tenido lugar la mayoría de los ataques contra las tropas de ocupación, que han sufrido 33 bajas en los últimos dos meses y medio.
El soldado de EE UU murió tras el lanzamiento de una granada al paso del convoy militar en el que viajaba a las afueras de Bagdad, cerca de la prisión de Abu Greib. Con éste, son ya 147 los militares estadounidenses muertos en combate desde el comienzo de la guerra, los mismos que durante la guerra del Golfo, en 1991.
En otro incidente, un niño iraquí de 8 años murió por una granada lanzada contra un vehículo militar que vigilaba un banco de la capital. Un soldado y cuatro civiles iraquíes resultaron heridos. Además, un avión de transporte militar de EE UU fue atacado con un misil sobre Bagdad, aunque sin ser alcanzado, informa Reuters.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de julio de 2003