Proponer la independencia económica en regiones de tamaño pequeño siempre es peligroso medioambientalmente. El ejemplo claro lo tenemos en los planes de instalación de centrales térmicas en la Comunidad. La presión demográfica aquí es lo suficientemente alta para superar unos escasos recursos naturales. No existen fuentes de energía limpia suficientes para abastecer a toda la población. Es evidente que tecnológicamente esto se palia sin ningún problema, pero ¿es razonable solucionar la carencia generando un problema serio de contaminación ambiental?
Madrid siempre será deficitaria en determinados abastecimientos, pero no estamos aislados, no tenemos por qué ser autárquicos. Existen regiones con menos densidad de población y con recursos naturales necesarios para producir energía a un coste medioambiental muchísimo más bajo, y en cantidad suficiente como para compartir. Es más, la distribución de la riqueza entre regiones se consigue, además de por otros muchos caminos, con este tipo de cooperaciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de julio de 2003