El estadounidense Davis Love III manda al término de la segunda jornada del Open Británico disputada en el durísimo escenario del Royal St. George en Sandwich. Pero ni siquiera el hecho de haber sido el único jugador capaz de terminar los dos recorridos por debajo del par del campo le dio tanto protagonismo. La atracción del día, como si los torneos de golf ya fuesen un mano a mano de tenis, fue el partido jugado por Tiger Woods, la gran estrella, y Sergio García, su delfín sin confirmar, pero que ayer se le subió a las pocas barbas que tiene. De hecho, El Niño, yendo de menos a más, terminó con un golpe menos que El Tigre, y los tres que le separan del liderato, ante un campo tan complicado y una meteorología tan cambiante, no son nada. Ha resucitado en la cumbre y ayer se dio el gustazo de comerle la moral al rey.
Salió el sol y la tempestad del primer día se quedó en viento. Problema suficiente en un campo tan difícil como para convertir en otra lotería la segunda jornada. El torneo está abierto, como su propio y anacrónico nombre indica. Open, apelativo que quería estigmatizar en su momento la entrada de los profesionales junto a los distinguidos amateurs y que hace reir ahora, ya no sólo en el golf, sino desde que Samaranch terminó con el hipócrita amateurismo olímpico, muy británico, precisamente.
Ambos, García y Woods, salieron con el +2 que salvaron en la ventisca del jueves. Y cuando pareció que el número uno mundial iba a imponer su gran calidad —llegó a ponerse en -1 en el hoyo 7—, lo que se mantuvo fue la relajación del castellonense.
Triple 'bogey'
Los dos alternaron aciertos y fallos. Desde irse a la hierba altísima cercana, hasta salir de ella con maestría y meterse milagrosamente en los greenes. Desde embocar en ellos golpes a 10 metros de los hoyos, hasta fallar puttsfacilísimos. Pero fue algo que les pasó a todos. Las inclinaciones y el viento influyeron demasiado. El triple bogey de un siempre serio Woods con dos fallos a medio metro del hoyo 12 fue elocuente. Ahí terminó su remontada cuando rozaba a Davis Love III, sólo líder con mayor fortuna en la feria del campo y el viento. El mérito de Sergio fue mantener la calma y con sonrisas, incluso después de su mayor fallo en el hoyo 11. Dio la sensación ciclista de chupar rueda para ganar luego a su rival al sprint. Sin presión, y sólo en la etapa, porque para la general aún queda pelea. Pero ya fue mucho en otro día de aterriza como puedas.
La mayor sorpresa fue el surcoreano Ho, que planeó con astucia en el vendaval, y habrá que seguir al danés Thomas Bjorn, un estajanovista de los circuitos, que se metió junto a él con un golpe sobre el par. Pero buena prueba de que todo puede pasar fue que el mejor recorrido del día lo firmó el prestigioso surafricano Ernie Els, con sus 68 golpes. Pero sólo le sirvió para colocarse a cinco de la cabeza porque la desastrosa primera jornada le había llevado nada menos que a una tarjeta de 78.
Por algo José María Olazábal ni pasó el corte. Podía ocurrir. Empezó con sólo un golpe más que Woods y García, pero vivió un calvario con los putts y se fue a nueve golpes sobre el par del campo. Tampoco lo logró Ignacio Garrido, que se despachó ante tanto estrago con frases lapidarias a Efe: "Si todos los campos fueran así, habría dejado el golf. Es una locura. Si les gusta ver cómo Tiger hace 80 y a Els 78, pues vale. No somos magos. Con este viento y las banderas colocadas en las crestas de los greenes aquí no se puede jugar. No disfruta ni el que gana. Influye demasiado la suerte. Es injusto".
El campo también se tragó, entre otros ilustres, a David Duval, ganador en 2001, que hizo ¡19 sobre el par!, a Sandy Lyle o a Bernhard Langer.
Clasificación: 1. D. Love III (EE UU), 141 . 2. S.K.Ho (Cor), Th. Bjorn (Din), 143. 3. B. Curtis (EE UU), A. Forsyth (Ing), S. García, Th. Levet (Fra), H. Otto (Sur.), K. Perry (EE UU), M. Ruiz (Par), 144. 9. M. Gronberg (Sue), S. McCarron (EE UU), V. Singh (Fiyi), T. Woods (EE UU), Ch. Campbell (EE UU), 145... J. M. Olazábal, 151. I. Garrido, 152.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de julio de 2003