El presidente argentino, Néstor Kirchner, abandonó Madrid el pasado jueves, día 17 de julio, sabiendo que el presidente estadounidense, George W. Bush, le recibirá el próximo miércoles, día 23 de julio, en la Casa Blanca. Bush tomó la iniciativa para adelantar el encuentro, previsto inicialmente para septiembre, en el que el presidente argentino espera lograr el apoyo de EE UU en la negociación que debe cerrar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el 31 de agosto.
Néstor Kirchner, según fuentes que mantuvieron contactos con el presidente argentino antes de abandonar Madrid, estaba eufórico. Tenía confirmación de la entrevista fijada para el próximo miércoles con el presidente George Bush. Argentina negocia estos días un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y esta vez, a diferencia del que pactó en enero pasado, se espera que sea por tres años.
El ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Rafael Bielsa, había avanzado el pasado miércoles en París que ese encuentro, previsto inicialmente para septiembre, era inminente. La iniciativa del adelanto de fechas la ha tomado el presidente Bush que quería reunirse con Kirchner antes de marcharse de vacaciones a Tejas.
El Gobierno de Aznar también apoya el acuerdo de Argentina con el Fondo Monetario Internacional. En una reciente entrevista con EL PAÍS, el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, evocó la situación planteada en 2001 y 2003. "Había un desencanto con el proceso argentino muy grande y eso producía cierta incomunicación con las autoridades financieras internacionales. Desde el verano de 2001 hasta diciembre de 2002 la desconfianza fue mayor. Muchas razones explicaban esa situación. Siempre pensamos junto con otras personas, como el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, por ejemplo, que dentro de las exigencias que se pedían a Argentina tenía que haber también otras actitudes".
Según Rato, "en el verano de 2002 las cosas cambian primero con Brasil". "Nosotros damos nuestra posición muy favorable. Y después, el cambio llega a Argentina con el acuerdo, a primeros de enero de 2003, que apoyamos mucho dentro y fuera de la UE".
En línea con esa actitud favorable del Gobierno español, se producirá la entrevista de Néstor Kirchner con el presidente Bush, que tenía en agenda esa reunión para el mes de septiembre. Fuentes bancarias dijeron que la actitud del mandatario estadounidense será relevante en un momento decisivo: el equipo del ministro de Hacienda, Roberto Lavagna, negocia con el FMI un nuevo acuerdo, esta vez más estable, quizá a tres años, para despejar la situación financiera argentina.
Acuerdo decisivo
Un nuevo acuerdo con el FMI es decisivo para comenzar a abordar otro gran tema hasta ahora congelado desde que el Gobierno argentino declaró la moratoria: la deuda con los inversores y con las entidades privadas internacionales.
A finales de este año, los créditos impagados más intereses ascenderán a 76.700 millones de dólares, cifra a la que se debe añadir, para finales de 2003, una deuda de créditos vivos de 95.800 millones de dólares.
El presidente argentino dijo a los empresarios españoles en su desayuno, el pasado jueves 17, que él sólo piensa firmar aquello que puede cumplir. En román paladino: ante las próximas elecciones a gobernadores en varias provincias y las legislativas de octubre de 2003 hay que excluir un ajuste de envergadura. "Si me proponen firmar un acuerdo con un superávit primario [excluyendo intereses de la deuda] del 8%, no lo haré", dijo Kirchner, exagerando la situación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de julio de 2003