Apareció feliz y llorando ante las cámaras de televisión. Era Shella, una joven madre liberiana que se arriesgó a cruzar, embarazada y en patera, el Estrecho. Desde la cama del hospital, lloraba y al mismo tiempo cantaba, dando gracias a Dios por el feliz acontecimiento. A las ocho horas de pisar tierra española, daba a luz dos hermosas niñas gemelas que eran abrazadas por su emocionada madre. Sus deseos se han cumplido plenamente. Dar a luz en España y que a sus niñas se les reconozca nuestra nacionalidad, anhelo realizado, pues la normativa vigente está a su favor.
Mientras los telespectadores contemplábamos esta escena conmovedora, nos solidarizábamos con los miles de vidas jóvenes que acabaron sus sueños en las aguas del Estrecho o emprenden la aventura de dejar su tierra para comenzar una nueva vida en nuestra España. Para millones de africanos España sigue siendo verdadera tierra de promisión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de julio de 2003