De vez en cuando leo u oigo frases similares a la siguiente: "Por una escuela pública de calidad, democrática, abierta, intercultural y laica". A mi modo de ver, es imposible que, en este tipo de escuela laica que algunos propugnan, puedan darse las otras características recogidas en la frase: democrática, abierta o intercultural. Lógicamente, estas últimas cualidades sólo pueden darse en aquellas escuelas en las que se facilite, dentro de lo posible, el que todos sus miembros puedan recibir la formación que deseen. La mencionada escuela laica sería, por el contrario, una escuela sólo para aquellas personas que desean vivir como si Dios no existiese. Me parece que eso poco tiene que ver con la neutralidad o la práctica de la libertad religiosa. Eso es, sencillamente, atender a agnósticos y ateos y excluir o marginar a todos los que no lo sean. Eso es, en definitiva, imponer una determinada concepción de la vida.
(...)cuanto más se acentúe la laicización en la escuela pública, mayor éxodo se producirá de ese más del 75% a la concertada. (...)
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de julio de 2003