Los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Morón de la Frontera le han dado una primera lección de realidad política al alcalde de la citada localidad, Manuel Morilla, recién llegado a esa arena. Los votos de PSOE, Izquierda Unida y PA se unieron en el pleno extraordinario celebrado ayer para paralizar momentáneamente la aprobación del convenio de colaboración suscrito el jueves pasado por representantes del Ministerio del Interior y de la alcaldía para la construcción de un centro penitenciario en el municipio.
Arropado por el ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas, y varios cargos del PP provincial, Morilla vendió con vehemencia los beneficios que, a su juicio, la cárcel traería a la ciudad. Pero el alcalde ignoró y ninguneó a los otros grupos del Consistorio que ayer desnudaron las carencias de su mayoría simple -nueve de los 21 concejales-.
Desde PSOE e IU se critica el talante de Morilla y especialmente que no les diera a conocer el convenio de colaboración con Interior hasta después de que él lo hubiera firmado. También se ponen en entredicho las promesas del alcalde que relacionaba la presencia del centro penitenciario con mejoras en las infraestructuras y el empleo en el municipio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de julio de 2003