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El Guggenheim recuerda a Saura con un homenaje al informalismo

Vidarte dice que "trabajan" para traer la muestra de Klee, pese a los problemas del Albertina

Antonio Saura ha sido uno de los creadores españoles de posguerra que más han contribuido al informalismo y al expresionismo abstracto. Cuando hoy se cumplen cinco años de su muerte, el Museo Guggenheim de Bilbao le dedica la exposición Saura. Memoria y recuerdo, donde sus creaciones se exhiben junto a autores tan fundamentales como Dubuffet, Rothko, Motherwell o Tàpies. El Kutxaespacio del Arte de San Sebastián, con la serie Multitudes, realiza un repaso a 40 años de su obra, mientras que la Fundación March, en Palma de Mallorca, aúna la serie de las Damas del artista aragonés con las Manos, de Eduardo Chillida, en una muestra conjunta que reúne más de 150 obras de ambos.

El Museo Guggenheim Bilbao ha rescatado de sus fondos cuatro obras del pintor Antonio Saura para incluirlas en una muestra que pretende rendir homenaje al informalismo francés y al expresionismo abstracto norteamericano. Bajo el título Saura. Memoria y recuerdo, la pinacoteca muestra desde hoy los cuatro cuadros adquiridos en 2002, Crucifixión, Karl Johann II, 24 cabezas y Retrato imaginario de Goya, y una docena más de trabajos de Jean Fautrier, Jean Dubuffet, Mark Rothko, Robert Motherwell y Manuel Millares, entre otros. La muestra permanecerá abierta hasta 11 enero de 2004.

El Museo Guggenheim quiere así sumarse hoy, en el quinto aniversario de la muerte del pintor oscense, al recuerdo "y al homenaje de uno de los artistas españoles de la posguerra más universales", según explicó la comisaria, Petra Jooes. La obra elegida muestra la particular obsesión del autor por las tragedias humanas y por "convulsionar una imagen y cargarla con un viento de protesta", como sostenía el creador de la serie monumental Multitudes.

Las recientes adquisiciones por parte del Museo Guggenheim de Crucifixión, Karl Johann II, junto a la donación de Cabezas y Retrato imaginario de Goya constituyen una "excepcional representatividad" de la obra de Saura, "no sólo desde el punto de vista temático porque recogen cuatro temas que han sido repetidamente tratados por él a lo largo de su trayectoria artística, sino también desde el punto de vista de la cronología", segun el director del museo, Juan Ignacio Vidarte. La muestra revela su relación con la obra de Goya y Velázquez, con el informalismo francés, tras su primera visita a París entre 1953 y 1955, y con el informalismo español y, finalmente, su parentesco creativo con el expresionismo abstracto norteamericano de la mano de Motherwell o del ruso afincado en California, Rothko.

Saura fundó en 1957 el grupo El Paso, que dirigió hasta su disolución en 1960 y del que formaron parte, entre otros, Manolo Millares -presente también en la muestra-, Manuel Rivera y Rafael Canogar. A finales de esa década, Saura inició otra de sus grandes series, Multitudes, donde se aprecian los ecos de Goya o del noruego Edvard Munch. "Eso que el propio autor venía a calificar como el rumor de las masas", en palabras de Jooes. La muestra, con todo, trasciende la obra de Saura y pretende atrapar al visitante con el art autre de Fautrier y Dubuffet. Vidarte confirmó ayer que el Guggenheim "sigue trabajando" para contar en 2004 con una exposición de Paul Klee pese a los "problemas financieros" que arrastra el museo Albertina, la pinacoteca vienesa con la que tenía previsto coproducir la muestra.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de julio de 2003