El error de la CIA sobre las informaciones acerca de Irak y el posterior comportamiento de Bush, al que ya no le importa nada que le tomen por mentiroso, es algo más que una noticia. Es saber que ya no hay en el mundo más que un dedo que decide, que es el de la mayor desvergüenza política. Bush y sus amigos saben que no existe oposición, que pueden invadir países, quedarse con sus bienes, aterrorizar a otros por si hacen algo que no les guste... En fin, atropellar al mundo sin ningún tipo de control.
Pero el problema de saber esto es también saber que no existe nadie que se oponga a ello. Porque la izquierda del mundo está tratando de encontrar caminos nuevos que no acaba de hallar. Ante esto, la chulería de los Bush o de Aznar en nuestro caso es de tal envergadura que los que aún pensamos en cosas como la ética o la moral poco a poco vamos dejando nuestra casuística olvidada en el baúl de los recuerdos, porque somos impotentes ante ello. En nuestro país la oposición está muy debilitada, el comportamiento ético y educado de Zapatero no da resultado. La política, por desgracia, está llena de grosería y chulería. Algo que Zapatero no es por sí mismo. Y así, los que nos enrabieta esta situación cada día nos preguntamos qué podemos hacer. Como mucho, escribir una carta al director de algún periódico... ¡Qué pena!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de julio de 2003