El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha condenado al Departamento de Política Territorial y Obras Públicas de la Generalitat a indemnizar con un total de 332.252 euros a los propietarios de un hotel de Castelldefels por los perjuicios causados como consecuencia de la construcción de la autopista del Garraf, la actual C-32. Según la sentencia, que puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo, los propietarios del hotel Miño "sufrieron un notable impacto negativo con la construcción y apertura de la autovía de Castelldefels". El tribunal puntualiza, además, que esa actividad hotelera "ya estaba afectada de forma sensible y también negativamente" por la existencia, en sus inmediaciones, de la autovía de Castelldefels, la actual C-31 y la línea de Renfe.
En concreto, se espone en la sentencia que como consecuencia de la construcción de la autopista del Garraf hubo que realizar en el hotel obras generales y de insonorización en las balconeras del bar, el salón y el comedor cifradas en 98.751 euros. Además, el Tribunal Superior considera que se ha producido una disminución de la actividad del hotel "que en la medida en que sea ocasionada por la afectación de la autopista resulta indemnizable". El tribunal aplaza hasta la ejecución de la sentencia la fijación de esa cantidad, aunque precisa que "en ningún caso" podrá exceder de 233.500 euros.
Al margen de estas dos cantidades, los propietarios del hotel argumentaban que el establecimiento había perdido valor al quedar atrapado por la autopista. El tribunal razona que si el valor que tenía el edificio en 1991, que es cuando se iniciaron las obras de construcción de la autovía de Castelldefels, es superior al actual, se deberá indemnizar a los propietarios con la diferencia. Y si el precio es inferior al actual, se restará de las otras indemnizaciones reconocidas.
La sentencia se produce después que el Departamento de Obras Públicas de la Generalitat denegase en 1996 la indemnización que solicitaron los hoteleros, quienes recurrieron entonces ante la justicia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de julio de 2003