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LA OFENSIVA TERRORISTA

Un joven cliente con la cara vendada

Las explosiones se registraron en habitaciones alquiladas un día antes por un hombre

Las explosiones registradas al filo del mediodía de ayer en dos hoteles de Alicante y Benidorm presentan un denominador común. Ambos artefactos estallaron en habitaciones -la 106, en el caso del hotel Bahía, de Alicante; y la 101, en el hotel Nadal, de Benidorm- reservadas por un joven el día anterior. El cliente pagó por adelantado la estancia de dos noches. Con los testimonios de algunos testigos, la policía cree que puede tratarse de Jon Joseba Troitiño Ciria, de 23 años, e hijo de Domingo Troitiño Arranz, miembro del comando Barcelona que participó en el atentado de Hipercor en 1987, el más sangriento de ETA con dos decenas de muertos. Jon Joseba Troitiño es sobrino de Antonio Troitiño, que formó parte del comando Madrid en los años 80.

En los dos casos los artefactos estaban ocultos en sendas maletas verdes. Una de las recepcionistas del hotel Nadal aseguró ayer que la habitación 101 la alquiló en la mañana del lunes a un hombre joven. "Llegó sobre las 10.30 horas y pagó por adelantado dos noches", dijo. "Era un hombre joven, moreno, con el pelo corto y de estatura media", añadió.

A la empleada le llamó la atención otro detalle que, tras la explosión, le llevó a sospechar del joven cliente como el autor del atentado: "No recuerdo bien su rostro porque llevaba la cara medio tapada con un vendaje sobre la nariz", explicó. La joven empleada, que ayer disfrutaba de un día libre, no supo precisar el equipaje que portaba el cliente y si éste llegó o no a pernoctar en el establecimiento.

El etarra que colocó la bomba en el hotel Bahía, de Alicante, también alquiló la habitación el lunes, según han confirmado fuentes policiales. El cliente era un hombre joven- "bien vestido", precisa el alcalde, Luis Díaz Alperi-, de unos 20 años, que portaba una maleta verde y que reservó habitación también para dos noches. Dejó la maleta en la habitación y ya no regresó. Pasó la noche fuera.

Vía rápida

Los investigadores, a tenor de la similitud entre las reservas en los dos hoteles, no descartan que sea la misma persona la que alquiló las habitaciones y colocó las maletas con el explosivo. Otro dato que avala esta tesis es la escasa distancia entre ambas ciudades, 40 kilómetros. Además, están comunicadas por una la autopista A-7.

Fuentes policiales de la lucha antiterrorista aseguran que la responsabilidad de la colocación de los artefactos es de un comando itinerante con apoyo estable en algún punto de la Comunidad Valenciana, informa Lydia Garrido. Según Interior, la vigilancia especial ante una posible actuación de ETA en municipios turísticos de la costa estaba activada desde hace semanas. De hecho, según las mismas fuentes, el refuerzo de agentes del Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil en Alicante -en una cifra no precisada- ha tenido en cuenta la movilización de efectivos especialistas en desactivación de artefactos y agentes de información.

La policía, a la espera de los informes finales de los artificieros, destaca la potencia del explosivo utilizado. En ambos casos, la deflagración causó graves daños en la estructura de los edificios. La explosión del hotel Nadal -construido en la década de los setenta, pero reformado hace tres años- voló por los aires las cuatro habitaciones de la primera planta del inmueble, causó importantes daños en la plantas segunda y tercera y otros desperfectos. "Ha sido una explosión potentísima. Las puertas de las plantas 9 y 10 estaban desencajadas", afirmó Raimundo Torres, bombero y concejal del PSOE. "La bomba estaba colocada en un pilar de la habitación. Por suerte, la estructura del edificio se reforzó durante la reforma; de lo contrario se hubiera derrumbado", añadió. A última hora de la tarde de ayer, los expertos realizaban pruebas de carga para determinar si era necesario demoler el bloque entero.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de julio de 2003