Viajar en tren, el de verdad, es un placer. Pero no siempre es posible; puede que no haya estación, que sea mucho más caro, que tarde más o que haya pocos horarios, Ésas eran las excusas de antes. Si aun así elijo el tren y me doy ese placer puede pasar que éste llegue tarde desde 15 minutos a 2 horas todos los días (sólo hay que pasarse por los regionales), y que yo junto a otro montón de personas lleguemos tarde y cabreados al trabajo muchos días.
Si a esto unimos los retrasos del propio AVE Madrid-Barcelona o los accidentes del Talgo por tener una sola vía, me pregunto si no sería mejor o más racional y económico mejorar los regionales que usa muchísima gente para que tardasen menos y se fuese con más comodidad, para que el Talgo tuviese dos vías, y no hacer un tren totalmente nuevo que cuesta mucho más que todo lo anterior.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de julio de 2003