Esta liga ya tocaba que fuera para la casa blanca. Tanto equipo galáctico y ha obtenido el título casi rezando y con unas maneras posteriores indignas de un equipo señor como se define, tirando por la puerta de atrás y sin reconocimiento a figuras señeras como Hierro y al siempre fiel, efectivo pero olvidado entrenador Del Bosque. Lo peor ha sido también el vergonzoso favoritismo de la televisión, interrumpiendo la programación para dar la noticia, y que eso diera pábulo a más orgullo merengue, cuando objetivamente se ha demostrado que el equipo de las estrellas por poco no acaba estrellado si no fallan sus rivales; el Valencia, que él solo se ha quitado de enmedio, y la Real, a quien pudo la presión. Para el fútbol no es positivo que equipos fichados a golpe de talonario continúen ganando. Una cosa está clara: si el equipo del cap i casal hubiera vencido, la victoria en la Liga habría sido para la Real y el Valencia habría disputado la Liga de Campeones. Confiemos en que la nueva temporada no nos continúe machacando la propaganda blanca y vuelva la lucidez a nuestro fútbol.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de julio de 2003