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El presidente guatemalteco saca el Ejército a las calles para frenar la violencia

Los partidarios de Ríos Montt provocan el caos

El presidente de Guatemala, Alfonso Portillo, ordenó esta madrugada (hora española) la salida del Ejército a las calles de la capital guatemalteca para garantizar el orden público y prometió que se celebrarán elecciones "libres y democráticas" el próximo 9 de noviembre.

Ciudad de Guatemala vivió ayer una de las jornadas más violentas desde la firma de la paz con la guerrilla, en enero de 1996, cuando piquetes del gobernante Frente Republicano Guatemalteco (FRG), en su mayoría integrados por paramilitares de las tenebrosas Patrullas de Autodefensa Civil (PAC, responsables de numerosos crímenes de guerra), tomaron la ciudad y, armados con garrotes y machetes, rodearon edificios claves, como el Tribunal Constitucional, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), para presionar a favor de la inscripción del ex general golpista y actual presidente del Congreso, Efraín Ríos Montt como candidato a la Presidencia.

La Policía dejó a estos grupos actuar con absoluta impunidad. "De aquí no nos moveremos hasta que el general (Ríos Montt) sea inscrito como candidato", afirmaban los líderes de los manifestantes, quienes ocultaban sus rostros con gorros pasamontañas. En tanto, otros piquetes recorrían la ciudad lanzando vivas a la candidatura ilegal de Ríos Montt. El actual presidente del Congreso tiene la prohibición constitucional para ser candidato, por haber ejercido el poder tras un golpe de Estado en 1982.

En medio del caos, un periodista de la televisión local, Héctor Ramírez, de 65 años, murió de un paro cardíaco cuando huía de una muchedumbre que, al descubrir su actividad profesional, intentó agredirlo. Por lo menos tres periodistas más fueron golpeados por las turbas, quienes los despojaron de sus cámaras, como el caso del camarógrafo Sergio Alfaro, a quien despojaron de su cámara y sólo la devolvieron tras destruir la cinta de grabación.

"Afrenta a la democracia"

Lo ocurrido ayer, la impunidad con la cual actuaron los piquetes del partido oficial, mereció el calificativo de "afrenta para la democracia", por parte del embajador de Estados Unidos, John Hamilton. El diplomático añadió que las características de los sucesos permiten deducir que fue algo premeditado.

"Esto es algo perfectamente organizado. El Frente Republicano Guatemalteco (FRG, el partido-iglesia de Ríos Montt) y el Gobierno son responsables de la alteración del orden público", dijo el diplomático a Emisoras Unidas, una cadena radial independiente.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de julio de 2003