Tradicionalmente se afirma que el cuerpo de Policía Nacional y la Guardia Civil abusan de su poder. Añadamos un tercer estamento: Renfe-Cercanías. No sólo el servicio prestado es pésimo. Sus empleados destacan por su mala educación y por la imposición de su "autoridad".
Soy usuario habitual de la línea de Cercanías El Escorial-Recoletos en Madrid. El pasado 10 de julio, de regreso a El Escorial, el tren circulaba con sus habituales demoras. Tenía una cita y llegué tarde. En la estación de El Escorial puse una reclamación y solicité, a renglón seguido, un justificante de retraso.
La llegada prevista del tren era a las 20.27 y llegó a las 20.39, es decir, con un retraso de 12 minutos de reloj. El empleado de turno sólo consignó un retraso de 10 minutos. Enzarzados en una discusión bizantina me despachó diciéndome que no le daba la gana notificar un retraso de 12 minutos, que era igual escribir 10 o 12 y que si realmente llegaba tarde a una cita no perdiese el tiempo discutiendo.
Esta actitud es intolerable y agradecería se diese la mayor difusión posible a mi carta. Las permanentes consecuencias del mal funcionamiento del servicio ferroviario de Cercanías en Madrid las pagamos muchos usuarios. Es manifiestamente vergonzoso el modo en que muchos de sus empleados tratan a quien, utilizando el tren, les estamos pagando su sueldo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de julio de 2003