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CARTAS AL DIRECTOR

No entiendo este país

Es curioso la falta de eficacia de servicios privados en este país que desprecian a los públicos y hay veces que uno duda cuál es el peor. Mi caso es el siguiente.

Me compro un coche ya hace más de un mes. Cuando lo compré resulta que tenía que ir a por él enseguida porque casi "se acababan". Ahora, por no sé que problema de lluvias en Londres, la casa no me puede entregar el coche. Dicen que ya pronto...

Intento alquilar una nave industrial con oficinas en algun lugar del aeropuerto por la empresa en la que trabajo. He tenido que enfadarme con una persona de una empresa que se anuncia en el periódico porque a la tercera vez, despues del enfado, he conseguido que me hicieran algo de caso. En unos grandes almacenes me tengo que marchar sin que nadie me atienda. Con cobrar, las pocas personas que están, ya tienen bastante. El venderte algo ya es para nota. Eso sin contar con la cantidad de llamadas telefónicas a lugares en los que te dejan colgado con una música.

Y así todo. Esto es el progreso y el liberalismo. Pocos empleados, ganar mucho y... la calidad del producto... Ah, amigo, eso ya no importa.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de julio de 2003