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Bloqueada la propuesta de Bush de relajar las normas para comprar medios

En una derrota política personalmente dolorosa para Bush, los congresistas de su partido (Republicano) se han unido a los demócratas para bloquear las nuevas normas de compra de emisoras locales de radio y televisión. La normativa reducía las limitaciones de adquisición y beneficiaba de ese modo a las grandes empresas de comunicación.

La Federal Communications Commission (Comisión Federal de Comunicaciones, FCC en sus siglas inglesas), autoridad que regula el sector de la comunicación y los medios en EEUU, había aprobado en junio una normativa que permitía a cualquier empresa comprar emisoras locales de comunicación hasta que las zonas cubiertas por la emisión alcanzaran al 45% de la población. El límite estaba fijado hasta entonces en el 35%. Aunque la cifra de aumento no parece exagerada, los expertos consideraban que la modificación era una victoria de las grandes empresas frente a las cadenas pequeñas o a los propietarios de emisoras locales. También se pretendía eliminar la norma que prohíbe a una misma empresa poseer enteramente un periódico y una emisora de radio o televisión en un mismo mercado local.

La modificación de junio se consiguió por tres votos frente a dos en la FCC, repartidos en esa proporción entre republicanos y demócratas. El voto del desempate lo emitió el presidente del organismo, Michael Powell, hijo del Secretario de Estado de EE UU.

¿Veto de Bush?

Ahora la Cámara de Representantes, por 400 votos frente a 21, anula esa normativa con una ley que prohíbe expresamente la regulación federal de los límites de posesión de medios, lo que en la práctica devuelve el tope al 35%. El Senado es mayoritariamente partidario de aprobar una ley similar. Cuando eso ocurra tras el verano, la FCC sólo podrá salvar su doctrina si el presidente Bush veta la ley cuando el Capitolio se la envíe para que la firme. Sería la primera vez que Bush ejerce ese derecho. Políticamente tendría un coste elevado, porque le acusarían de tratar de beneficiar a los grandes empresarios.

Los más favorecidos por la normativa que pretendía la FCC son las compañías Viacom (dueña de las cadenas CBS y UPN) y, sobre todo, el magnate australiano Rupert Murdoch, propietario de la cadena Fox en su imperio de News Copr.

Aunque la Cámara de Representantes ha actuado movida por el interés del fomento de la competencia, hay un elemento político en juego: la elección de congresistas y senadores en EE UU depende en gran medida de la cobertura electoral que ofrecen las pequeñas emisoras locales. Permitir que sean adquiridas por grandes cadenas reduce posibilidades de campaña electoral.

El valor de las acciones de las grandes cadenas, como CBS o NBC, bajó en Wall Street tras la votación.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de julio de 2003