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OPINIÓN DEL LECTOR

Huelga en Tomares

Sobre la huelga de los trabajadores de recogida de basura en Tomares hemos tenido informaciones muy contradictorias. La alcaldesa envió a los vecinos distintas misivas para justificar su posición. En alguna de ellas violaba, en mi opinión, los derechos de los trabajadores al hacer públicos determinados datos privados de ellos. Muy poco antes de las elecciones envió una carta pronosticando que ha huelga cesaría tras los comicios municipales, insinuando que la actitud de los trabajadores respondía a intereses electoralistas y que estaban manipulados.

No comparto ni insultos, ni descalificaciones, ni amenazas, si es que las ha habido por parte de algunos trabajadores, pero tampoco comparto el maltrato verbal y descalificatorio (impropio de personas con un mínimo de sensibilidad) dado por el equipo de gobierno en un pleno extraordinario al que asistí. No podía dar crédito a lo que oía a personas que se dicen socialistas.

Comparto plenamente las reivindicaciones de los trabajadores y me solidarizo con ellos. Desviar el problema del diálogo a la empresa concesionaria es muy fácil. Es más que evidente que la privatización de servicios públicos (muy coherente con la ideología de derechas del PSOE) persigue, entre otros fines, el desentenderse de problemas de personal.

Sé que es mera coincidencia, pero en Tomares también tenemos a otra Thatcher (la dama de hierro), famosa por su intransigencia ante las huelgas de los mineros con las graves consecuencias de todos conocidas.

Señora alcaldesa, acceda a dialogar y a intermediar. Con ello, lejos de debilitarse su imagen, se agrandará. Piense que alguna razón tendrán los trabajadores cuando han llegado al extremo de poner sus vidas en peligro con la huelga de hambre. Me gustaría comprobar que estoy equivocado al compararla con doña Margaret.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de julio de 2003