Tras una reforma radical, el tradicional restaurante Ascot, establecimiento emblemático en la Moraleja madrileña, ha cambiado de propietarios y de nombre y ha modificado su identidad gastronómica. Ahora es un lugar desenfadado donde se sirven platos caseros, con notas modernas y una particular influencia asturiana. No en vano su cocinero, Sandro Silva, ha tenido como maestro al veterano Fernando Martín, del famoso Trascorrales de Oviedo.
Cada mediodía, la casa propone un sabroso plato de cuchara: patatas con langostinos, fabes con almejas, fabada o pollo de corral guisado. Son aceptables las croquetas de jamón, magníficas las anchoas del Cantábrico y demasiado barroca la ensalada de bacalao. En algunas especialidades sale a relucir el estilo de otros restaurantes de Miguel Arias, su actual propietario. Con mucha menos categoría que en sus lugares de origen, los callos recuerdan al restaurante madrileño Las Cuatro Estaciones, y el arroz negro, a Flánigan, en Puerto Portals (Mallorca). Tampoco están malas la hamburguesa y el steak tartar, iconos del viejo Ascot. Ni desilusionan los tacos de pixin (rape) fritos.
ASPEN
Plaza de la Moraleja, s/n. Alcobendas (Madrid).
Teléfono: 916 25 25 00.
No cierra.
Precio: 30-45 euros.
Al final, tarta rosita de queso y la famosa tarta fina de manzana. Los fines de semana, con el local atiborrado, la cocina se desborda y el servicio evidencia su falta de rodaje. Por las noches merece la pena su terraza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de julio de 2003