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EL FUTURO DE EUSKADI

CiU sostiene que el plan soberanista no es extrapolable a Cataluña

A las primeras de cambio, ante el más mínimo embate contra el PNV, los dirigentes de Convergència i Unió (CiU) salían en defensa de sus homólogos vascos. Hasta esta semana, cuando los nacionalistas catalanes han preferido la callada por respuesta tras la publicación del plan soberanista del lehendakari, Juan José Ibarretxe, y su propuesta de comunidad libre asociada. Son tiempos preelectorales en Cataluña y los convergentes prefieren huir de todo lo que pueda sonar a radicalismo. No en vano, la soberanista Declaración de Barcelona se mantiene bajo mínimos.

Aunque el documento de Ibarretxe y el nuevo estatuto que plantea CiU tienen abundantes similitudes, al menos desde el punto de vista de reivindicación competencial, un destacado miembro de la ejecutiva de la federación nacionalista precisa: "Cataluña y el País Vasco son sociedades muy diferentes, con problemas distintos, y por tanto las soluciones también han de ser diferentes".

Pero no duda en romper una lanza a favor del PNV: "La sociedad vasca y los políticos vascos tienen que ser quienes encuentren una solución al conflicto, y no los políticos españoles. El PNV, con su propuesta, debe haber interpretado que ésta sería la mejor solución para su relación con España y son los partidos nacionalistas los que acostumbran a interpretar mejor lo que desea o lo que le gustaría a la sociedad vasca".

Actitud hostil

Los dirigentes que públicamente se han referido al documento del lehendakari han evitado opinar sobre su contenido. Sus palabras han ido dirigidas exclusivamente contra la actitud del PP y del PSOE. Como ayer hizo Jordi Pujol en la escuela de verano de las juventudes de Convergència, tras conocer los contactos mantenidos entre los dos partidos de ámbito estatal. "Es preocupante", manifestó el presidente de la Generalitat, "porque se ponen de acuerdo en una actitud muy contraria no únicamente respecto al Plan Ibarretxe, sino también a todo lo que pueda representar una mejora sustancial para la autonomía de Cataluña. Es lógico que hablen de estas cosas, pero lo que es preocupante es que de entrada tengan una actitud muy hostil contra la modificación del Estado de las autonomías".

Pese a estos obstáculos, Pujol se mostró convencido de que las urnas en Cataluña otorgarán la mayoría al nacionalismo, es decir, CiU y Esquerra Republicana, y será entonces, auguró, "cuando el Gobierno catalán y el nacionalismo estarán en condiciones de saltar la barrera que quieren poner no sólo a los vascos, sino también a los catalanes".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de julio de 2003