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OPINIÓN DEL LECTOR

Religión y vino

Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)

Al señor Aznar no le gusta la Constitución europea, que recoge el derecho de toda persona a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Pero sí parece que le gusta la española, a la que considera intocable e inamovible, y en la que se lee de igual manera que ninguna confesión tendrá carácter estatal. Ninguna no es la católica, parece deducir el señor presidente. Como dice Jordi Solé Tura (EL PAÍS, 2 /7/03), estamos ante un Gobierno que hace de una religión, la católica, un elemento fundamental de su propia identidad. Sobre el Estado laico y la imposición de la religión en las escuelas salen continuamente en este periódico magníficos artículos de opinión como recientemente el de Antonio Rodríguez Almodóvar en el que dejaba bien clara su postura acerca de la Iglesia como institución autoritaria y reaccionaria. Pero estamos en Andalucía; una comunidad autónoma con competencias propias en la materia.

¿Enseñar Religión? Vale, pero, ¿qué religión? ¿La de Bush? ¿La de Sharon? ¿La de Aznar? ¿El Antiguo Testamento? ¡Pero si ya no hay infierno! Papa dixit. Y lo del seno de Abraham, ¡cómo explicarlo a tanto ateo y agnóstico como hay suelto! ¿El Nuevo Testamento? ¡Cómo explicar a esas criaturas lo de la Sagrada Cena, si con lo de la Ley del Botellón han aguado bien la fiesta (parece más bien una reunión de chavales a los que se les ha acabado la manzanilla)! ¡Cómo explicar que al cuerpo de Cristo, su sangre, se le haya convertido en alcohol! ¿El contemporáneo Testamento? ¡Si hasta el ministro Federico Trillo contradice al mismísimo Vaticano!

No nos engañemos. Todo ello es un paso previo al principal objetivo del nuevo paladín ("pedantón al paño que no bebe el vino de las tabernas") de Europa. Ensaya en casa lo que luego aplicará fuera: Evangelizar el viejo y pecaminoso continente. Pero, ¿y la Andalucía de La Pepa y de la Institución Libre de Enseñanza? Pues que hemos convertido toda esa parafernalia religiosa en unos actos profanos sociales de convivencia a los que llamamos rocíos, semanas santas, etcétera. Eso es cultura. Lo otro es evangelizar al indio de nuevo. ¿Estudiar Religión? ¡Pues claro que se puede estudiar religión! Es una materia, ¿o no?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de julio de 2003