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OPINIÓN DEL LECTOR

Guerrilleros

La situación en Irak empeora para las fuerzas norteamericanas, el goteo de bajas es continuo. No han sido recibidos como los liberadores que se pensaban. A pesar de que la historia nos ofrece numerosos ejemplos, no aprendemos. En 1808 otro poderoso ejército invadió un país precedido de las grandes palabras de Libertad, Igualdad y Fraternidad: las fuerzas de Napoleón entraban en España. Aunque la ideología reformista de los afrancesados hubiera sido más positiva para España que los principios del Antiguo Régimen, venía amparada por la punta de las bayonetas francesas. Ningún invasor ha sido nunca bien recibido. ¿De qué nos extrañamos cuando los iraquíes se rebelan contra la ocupación? Nosotros, descendientes de aquellos guerrilleros que derrotaron al ocupante, tendríamos que ser los primeros en saberlo y en rechazar enviar a nuestros soldados a aquel avispero.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de julio de 2003