Los trabajadores de la planta de Mercedes en Vitoria celebrarán hoy la última de las cinco jornadas intermitentes de huelga, -al menos hasta después del verano-, que han convocado dentro de la negociación de su convenio colectivo.
Pero esta vez lo harán en medio de un ambiente de división sindical. UGT cree real el riesgo de desinversión con el que ha amenazado la empresa en caso de que continúen las movilizaciones, mientras que ELA y CCOO acusan a la central socialista de "plegarse a las amenazas de la multinacional". Mercedes advirtió por carta al consejero de Industria que la pérdida de 3.000 vehículos como efecto de las huelgas, le obligaban a plantearse la posibilidad de trasladar el montaje final a del nuevo modelo a una pequeña planta cerca de Berlín. En ese caso sobrarían unos 500 puestos de trabajo de los 4.200 de la fábrica.
CCOO cree que las peticiones de UGT "son cuando menos inorportunas y ayudan a crear incertidumbre en la plantilla". UGT ha aprobado la huelga de mañana pero pide prudencia tras el verano.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de julio de 2003