Este jueves 31 de julio, con la proyección del musical Brigadoon, se cierra por vacaciones la Filmoteca de Barcelona. Resulta inconcebible que un servicio público como la Filmoteca de la Generalitat pueda dejar de funcionar precisamente en una época en que tantas personas, por razones diversas, pasan el verano en la ciudad y podrían disfrutar de las sesiones cinematográficas. Sin ir más lejos, así ocurre en la Filmoteca de Madrid, para vergüenza de los sufridos contribuyentes barceloneses. Como la ciudad del clásico de Minnelli, el cine Aquitania parece un espejismo que se disuelve en la niebla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de julio de 2003