La naturaleza imita al arte, la realidad a la ficción, y la comisión investigadora de Madrid a las películas de juicio. Película española: los interrogadores no son Charles Laughton ni Raymond Burr (Ironside); ni Sáez es la Marlene de La mujer X. Todo es bajuno, chocarrero, ful. Un guionista no hubiera dejado a Sáez defenderse diciendo que la acosan "por ser mujer". Ni al interrogador preguntarle si se atreve a mirar a los ojos a su madre, a sus hijos. Pues claro que se atreve. Todo lector de Freud sabe que la culpabilidad sólo la tienen los inocentes, y es un "complejo". Creo que Nietzsche era el que decía de alguien: "durmió con el sueño tranquilo del asesino". La Sáez no tiene miedo: no la va a pasar nada, y no sé si habrá manifestaciones de mujeres para aclamarla a la salida.
El show es simple: los tránsfugas dicen que se fueron asqueados por la entrega de Madrid a los comunistas -otra imitación al cine americano y al de la posguerra española: pero no son ni Alfredo Mayo ni Amparito Rivelles-; el PP finge creerlos y acusa del desastre democrático y madrileño al partido socialista, que ha sembrado el desorden en sus filas y está dispuesto a todo para quitarles a ellos lo que es suyo: no admiten que la coalición de izquierdas valga, y sostienen que ellos ganaron porque fueron "el partido más votado" aunque, según todas sus adoradas leyes -el pobre ataca con una navaja, el rico con las leyes; y los Albertos no van a prisión porque el Constitucional admite a trámite su amparo del Supremo-, no es el que ha de gobernar: ya las cambiarán.
Pero ¿quién va ganando? Estamos muy influidos por el fútbol, donde lo importante es ganar o perder. Es la pregunta normal en los debates parlamentarios. No va ganando nadie: es una vergüenza colectiva. Los desposeídos son humillados por sus atracadores. Como siempre.
(El show: en Telemadrid lo dan entero, como dieron entera la manifestación contra la guerra. Lo atribuyo a su director general, Giménez-Alemán, último de la derecha inteligente. Le acosaron cuando dirigía Abc, le acosan ahora: Losantos le llama "Giménez-Alemán Oriental", en esos jueguecillos de los malos escritores: es como llamarle comunista. Pobre Paco: le destituirán los socialistas si ganan para poner al suyo, y Esperanza Aguirre si manda ella ¡por rojo!). (Sólo le faltaba mi elogio).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de julio de 2003