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El policía de Premià acusado de descuartizar a su mujer preparó una coartada al detalle

Juan Antonio Granadal Garrido, el policía de la localidad barcelonesa de Premià de Mar acusado de descuartizar a su mujer y esconder los restos en un baúl con cemento, preparó con detalle una coartada para no levantar sospechas a la policía ni a la familia de la víctima, María del Mar Miñana, de 34 años. Fuentes policiales explicaron ayer que tras denunciar la desaparición de la mujer ante los Mossos d'Esquadra el pasado sábado por la tarde, Granadal envió un mensaje desde el teléfono móvil de la víctima a un familiar haciéndose pasar por su esposa e indicando que se encontraba en Málaga y en perfecto estado.

Además, esa misma tarde, el acusado telefoneó a José Vicente Miñana, hermano de la fallecida, para comunicarle que, en su condición de policía local, había contactado con la Guardia Civil y con otros cuerpos policiales para que colaborasen en la búsqueda de la mujer. Las mismas fuentes explicaron que el supuesto homicida incluso involucró a su madre (de él) en la coartada, para que llamase a su cuñado (José Vicente) y le explicara que su hijo tenía una pista de la mujer en la Comunidad Valenciana y que emprendía viaje hacia allí la misma noche del pasado sábado.

Después de denunciar la desaparición de la esposa ante los Mossos d'Esquadra, Granadal telefoneó al cabo de dos horas a esa misma comisaría y explicó que era muy probable que su mujer estuviese en Málaga y que se iba a buscarla.

Prisión incondicional

La titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Mataró acordó en la tarde de ayer la prisión provisional de Granadal a instancias de la fiscalía, informa Judith Vives. Su abogado defensor, Albert González, solicitó que se respetase la presunción de inocencia de su cliente y aseguró que se trata de un homicidio imprudente, un delito castigado con un máximo de cuatro años de cárcel.

Según la versión del abogado, la pareja se encontraba en el interior de su domicilio el pasado miércoles, cuando el hombre estaba limpiando su arma reglamentaria. De manera accidental, explicó, la pistola se disparó y fue a impactar contra el cráneo de la mujer. Sin embargo, al ser preguntado sobre la posibilidad de que su cliente hubiese descuartizado a la esposa una vez muerta y la guardase en un baúl cubierta con cemento con la intención de deshacerse del cadáver, el letrado se negó a responder, invocó el secreto del sumario. El arma del policía se encontraba en su taquilla de la Guardia Urbana de Premià de Mar cuando fue detenido la noche del domingo por la Guardia Civil.

El acusado declaró durante más de dos horas ante la juez y dijo no recordar casi nada, aunque negó que descuartizase a la víctima. En mitad del interrogatorio sufrió un choque emocional y tuvo que ser trasladado a un centro sanitario para reanudar la declaración horas después.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de julio de 2003