Actualmente, trabajar en la Administración es todo un privilegio; pero lo es aún más cuando tienes la suerte de trabajar con determinadas personas.
Soy funcionaria de carrera de la excelentísima Diputación Provincial de Sevilla y son ya cerca de 18 años trabajando en esta Administración junto a la misma persona, también funcionaria de carrera, con más de 20 años de servicio en la Corporación.
Ella es la que me transmitió el espíritu de servicio que se necesita para trabajar por y para los ciudadanos, algo que no se aprende en los libros, ni en el temario de unas oposiciones. Se aprende con el trabajo diario al lado de personas como ella, con una sensibilidad y calidad humana especiales, y tan necesarias hoy día.
A lo largo de estos años he podido aprender mucho profesionalmente, pero lo fundamental es que me he podido formar como persona, aprendiendo junto a ella valores como la generosidad, la lealtad, la honestidad, la tolerancia..., que, unidos a su enorme capacidad de trabajo, creatividad, inteligencia, experiencia y profesionalidad, hace que nos podamos sentir orgullosos. Sólo quiero hacer público mi más sincero reconocimiento y gratitud hacia esta persona, doña Antonia Granado Castel, médico, ingeniero técnico agrícola y funcionaria de la Diputación Provincial de Sevilla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de julio de 2003