Una vez más, en la sierra de Madrid diversas bandas se dedican a sembrar el miedo entre sus habitantes. ¿Qué está pasando? En una zona donde las inmobiliarias venden tranquilidad y seguridad para nuestros hijos se suceden actos vandálicos de chicos, en su mayoría con la cabeza rapada, que quieren imitar a los descerebrados de los ultras. Basta beber unos litros en la vía pública y tomar unas pastillas para sembrar el miedo entre los habitantes de pueblos como Alpedrete, Villalba, Majadahonda...
Hace unas semanas fuimos testigos de cómo unas familias, que paseaban con sus hijos, se vieron agredidas por el mero hecho de increpar a unos individuos que circulaban a demasiada velocidad por un paso de cebra, golpeados y apaleados delante de sus hijos y vecinos de Alpedrete, estupefactos y alucinados por esta situación tercermundista.
Lo más grave es que estos grupos son conocidos por muchos vecinos, pero nadie se atreve a hacer nada por temor a las represalias. En las marquesinas de los autobuses de Villalba se denuncia con grandes carteles la actuación violenta hacia nuestros hijos de estos grupos llamados neonazis, advirtiéndonos de que vivimos envueltos en un clima de inseguridad ante el cual hay que reaccionar, pero se sigue sin hacer nada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de julio de 2003