Una niña de tres años falleció ayer ahogada cuando jugaba en una piscina privada de una pequeña urbanización situada en la calle Arévalo Lara con Riobamba, en San Blas.
Los vecinos sacaron del agua a la menor y trataron de reanimarla. Cuando los médicos del Samur llegaron sólo pudieron certificar su fallecimiento. La normativa vigente no obliga a una comunidad con tan pocos vecinos a contar con los servicios de un socorrista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de agosto de 2003