La economía de Estados Unidos no crece al ritmo esperado por los mercados, lo que provoca desajustes con el nivel de unas cotizaciones de las que se supone que ya han descontado las expectativas.
Ayer le tocó el turno al índice de actividad industrial, que en el pasado mes de julio creció dos puntos, frente a unas expectativas de una subida de 2,2 puntos. De poco sirvió que el índice superara los 50 puntos, el nivel que indica que la actividad crece, por primera vez desde febrero, y los inversores siguieron el manual al pie de la letra y ajustaron posiciones a la baja. Otro índice, el de confianza de los consumidores elaborado por la Universidad de Michigan, creció 1,2 puntos en julio, pero el indicador oficial publicado hace unos días, y que bajó 6,9 puntos, restó credibilidad a este dato.
Algunos profesionales del mercado indicaban que, en realidad, tocaba retirar beneficios y que los datos publicados ayer poco tienen que ver, en este caso, con la dinámica interna de las bolsas, que de cuando en cuando se mueven por leyes propias.
El Ibex 35 cedió el 0,94% y vuelve a quedar por debajo de los 7.000 puntos, aunque en el conjunto de la semana sube el 1,33%. El índice general de la Bolsa de Madrid perdió ayer el 0,82% y en la semana gana el 1,35%.
La contratación en el Mercado Continuo descendió hasta 1.472,64 millones de euros, con menos de 200 millones aportados por la actividad institucional.
Para los inversores españoles queda, justo en el umbral de las vacaciones, el reconocimiento por parte del Gobierno del enfriamiento de la economía, que crecerá el 2,3% en lugar del 3% defendido hasta ahora.
El resto de los grandes mercados europeos sufrió con mayor severidad el desajuste entre perspectivas y la realidad económica, con un descenso del 1,27% en París y del 1,41% en Londres, mientras que Francfort cedía el 2,03% poco antes del cierre. La Bolsa de Nueva York también acusó el golpe y perdió un 0,86% en la jornada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de agosto de 2003