Hace ya tiempo oí en algún lugar, que la peor situación posible era la de ser "mujer, negra, pobre y además fea".Pues bien, aunque suene raro, esto me da pie para escribir sobre la monarquía española. En muchas ocasiones, para desprestigiar a esta caducada y estéril institución, se utiliza a los miembros con peor imagen, o sea a los más feos, para ridiculizarla.
Siempre que se habla de forma burlona de la monarquía, se hace de la misma persona, de Elena de Borbón y de su pareja.
Me parece una burla y un ensañamiento cruel, solo por ser menos agraciados que el resto. Además este hecho confunde el centro de las verdaderas críticas, que tenían que estar dirigidas a la propia existencia de la monarquía y no a uno de sus miembros. Nunca se menosprecia a los guapos del reino, Cristina, o Felipe, entre otros.
Pues bien, para muchos ciudadanos, es la monarquía en sí y todo lo que le rodea lo que no queremos, haciendo prioridad en este rechazo a los miembros más "bellos", a pesar del nulo servicio que prestan y el gasto con el que cargan a la comunidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de agosto de 2003