Antiguo funcionario de prisiones, guerrista con fama de serio y trabajador. Nunca se prodigó en conspiraciones internas. En la anterior legislatura se encargó con cierta eficacia de la cartera del Urbanismo, por lo que mantuvo relaciones fluidas con Eduardo Tamayo, entonces encargado de Medio Ambiente. "Fue desagradable interrogar a un antiguo compañero", confesó Nolla. En los duelos parlamentarios era difícil verle perder. La tensión no parecía preocuparle.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de agosto de 2003