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CARTAS AL DIRECTOR

El Vaticano y los homosexuales

Por rutinario, no me sorprende comprobar nuevamente el doble rasero que hay en España con respecto a la Iglesia católica. Ahora el Papa ha llamado a la rebelión a los políticos católicos para que "se opongan a todas las leyes que reconozcan las uniones homosexuales". ¿Se imaginan ustedes que cualquier otro dirigente extranjero, pongamos por caso el presidente de un país islámico, dijera a nuestros políticos que se opusieran a las leyes sobre igualdad femenina? Probablemente y con muchísima razón esas manifestaciones acabarían en un incidente diplomático.

En cambio, como quien quiere conculcar éste y otros derechos es el Papa pues aquí paz y después gloria. Y encima con las subvenciones estatales que salen de nuestros impuestos y la aquiescencia de nuestro piadoso Gobierno. Para que luego digan que el Estado español es aconfesional.

Al parecer al Papa le molesta que homosexuales y lesbianas tengan los mismos derechos que poseemos los heterosexuales, aunque para ello en España haya que olvidar la Constitución, que dice que no se puede discriminar a nadie por su condición.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de agosto de 2003