La décima edición de los Juegos Mundiales de Policías y Bomberos finalizó ayer en Barcelona con un récord total de participación de 11.000 profesionales y hasta 14.000 inscripciones en las distintas actividades que se han celebrado esta semana. El concejal de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona y presidente del consorcio organizador, Jordi Hereu, destacó "el éxito de estos juegos, tanto desde el punto de vista de la participación como del deportivo, de organización y del impacto social en la ciudad".
El momento culminante de la ceremonia de clausura, celebrada en la avenida de Maria Cristina, fue cuando los bomberos de Barcelona quemaron una falla de 12 metros de altura, encargada a un maestro fallero de Valencia, que reproducía la figura de Drac, la mascota de los Juegos, fundiéndose en unas llamas y rodeada por siete figuras que representaban los diferentes cuerpos de seguridad y de extinción de incendios que han participado en la competición.
El día de clausura de los Juegos tiene lugar la Stair Race, una de las pruebas más emblemáticas del encuentro y que consiste en la subida de equipos de bomberos por las escaleras de un rascacielos. En este caso el escenario fue la Torre Mapfre, un edificio de 40 plantas. Un total de 17 equipos, incluido uno formado por bomberos de Barcelona, participaron en la ascensión cronometrada por las escaleras del rascacielos, con el uniforme y el equipo completo de extinción a cuestas, lo que supone un peso de unos 30 kilos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de agosto de 2003