El habitual trajín de coches que soportan las calles de la capital a lo largo del año cambió ayer por completo de color, tras el éxodo vacacional, y dejó prácticamente vacías buena parte de las avenidas madrileñas. A ello contribuyeron también las altas temperaturas que desde hace unos días azotan a Madrid. En la imagen, el puente de la calle de Eduardo Dato a las 13.00 de ayer.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de agosto de 2003