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Los controles en los aeropuertos de EE UU se extreman ante las amenazas terroristas

Florida crea la base de datos 'Matrix' con billones de datos sobre la vida de los ciudadanos

La pasión antiterrorista crece en Estados Unidos de forma inexorable. A los programas federales del Departamento de Seguridad Interior empiezan a sumarse iniciativas estatales que invaden la privacidad de los ciudadanos, en nombre de la eficacia policial. Florida ha anunciado la creación de una megabase de datos, llamada Matrix, que acumulará billones de elementos informativos sobre los habitantes del país. Washington, Virginia, Nueva York, Pensilvania y Virginia trabajan en iniciativas similares, en un momento en que, según el Gobierno estadounidense, Al Qaeda planea nuevos atentados en aviones utilizando aparatos electrónicos manipulados, que serán examinados uno a uno en los aeropuertos.

El Matrix de Florida combinará los archivos policiales con la gigantesca cantidad de datos que diseminan diariamente las actividades comerciales. Su responsable técnico, Paul Cameron, presidente de la empresa Seisint, asegura que el sistema será capaz, dentro de unos meses, de "encontrar instantáneamente, por ejemplo, todos los nombres de las personas de pelo castaño que posean una furgoneta roja de la marca Ford, en un radio de 30 kilómetros a partir del lugar donde se produzca un incidente sospechoso". Según Cameron, Matrix no supondrá un deterioro significativo en el derecho de la privacidad, porque ya ahora la policía utiliza informaciones procedentes de tarjetas de crédito o de archivos de empresas privadas. "Lo que cambia", dice, "es la velocidad para acceder a esa información, que será extraordinariamente rápida".

El gobernador de Florida, Jeb Bush, hermano del presidente George W. Bush, ha conseguido el pleno apoyo de la Casa Blanca para el proyecto Matrix. El plan consiste en extender el Matrix a todo el país, apoyándose en la coordinación del Departamento de Seguridad Interior y en otras iniciativas surgidas en otras zonas. Washington (distrito de Columbia), Nueva York, Virginia, Maryland y Pensilvania, los Estados directamente afectados por los atentados del 11 de septiembre de 2001, han decidido unir todos los datos disponibles en sus juzgados y comisarías en un solo sistema informático, sin atreverse, en este caso, a añadir las informaciones de procedencia comercial.

El Congreso y las organizaciones de derechos civiles consideran que el uso indiscriminado de datos comerciales puede romper todos los diques de la privacidad. Ese temor de los parlamentarios obligó al Pentágono a reconsiderar un proyecto similar, presentado hace unos meses.

La ciudadanía, sin embargo, parece en general dispuesta a renunciar a parte de su privacidad en nombre de la guerra antiterrorista, igual que renuncia a la comodidad en lugares como los aeropuertos.

El miedo de las autoridades se centra ahora en los aparatos electrónicos de los viajeros, que serán examinados uno a uno, con la consecuencia de un incremento de las colas y los retrasos. El Departamento de Seguridad Interior afirmó el martes que Al Qaeda, la organización de Osama Bin Laden, planeaba utilizar aparatos electrónicos de apariencia inofensiva, como teléfonos móviles o cámaras fotográficas, para atentar de nuevo en Estados Unidos. "Agentes de Al Qaeda muestran un gran interés en convertir shes fotográficos en armas paralizantes o detonantes de explosivos", se indicaba en una nota distribuida desde Washington a todas las oficinas policiales del país.

Michael Cherkasky, un ex fiscal neoyorquino que investigó el primer atentado contra el World Trade Center, en 1993, declaró ayer a la agencia Associated Press que los instrumentos electrónicos ofrecían "enormes posibilidades" a los terroristas. Recordó que la bomba que destruyó un avión de Pan Am sobre Lockerbie (Escocia) en 1988 fue detonada "con un circuito del tamaño de una uña, oculto en una radio", y aseguró que Ramzi Yusef, organizador del atentado de 1993 en las Torres Gemelas, trabajó durante años en un plan para destruir simultáneamente 11 aviones introduciendo en ellos componentes de bomba camuflados y armando los artefactos en los lavabos de cada aparato. "Si eso se hace bien, es muy difícil de detectar", dijo Cherkasky.

El pasado 28 de julio, el Gobierno de Washington advirtió a los estadounidenses de que Al Qaeda preparaba nuevos atentados suicidas con aviones. El 1 de agosto empezó a exigirse visado a los viajeros extranjeros en tránsito hacia otros países (los ciudadanos de la Unión Europea están exentos, aunque sufrirán revisiones e interrogatorios más intensos), y esta semana empiezan a aplicarse los controles suplementarios sobre los aparatos electrónicos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de agosto de 2003