En el último boletín de la Agrupación de Telespectadores y Radioyentes, se recoge un interesante estudio de un instituto norteamericano (el John Watson Institute de Colorado), en el que se califica a la televisión como una droga adictiva más.
De acuerdo con este informe, el consumo de televisión supera con creces los síntomas utilizados en los diagnósticos clínicos para definir una adición, y estos síntomas son:
- Utilización de la televisión como sedante.
- Visión indiscriminada de todo lo que ofrece la pequeña pantalla.
- Sensación de pérdida de control durante la visión.
- Sentirse mal con uno mismo por excederse en el consumo.
- Incapacidad de dejar de mirar al televisor encendido, en casa o en otros lugares.
- Sentirse incómodo y débil a cualquier hora cuando no se ve el televisor.
Según parece, bastan cuatro de estos síntomas para el diagnóstico de teleadicción, así que el que los reúna ya puede empezar a tomar medidas para curarse de esta droga adictiva.
Lo más triste de todo esto es que en este caso "los camellos" (conocidos por telebasuras) no son perseguidos, pues tienen inmunidad legal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de agosto de 2003