La afirmación realizada por Aznar de que algunos, sin especificar quiénes, cifran sus esperanzas en obtener buenos resultados electorales en que se produzcas bajas -Aznar habla de féretros- entre los soldados españoles destacados en Irak me parece sencillamente deleznable e indigna de un presidente de Gobierno. Parece que la continencia verbal no es una de las virtudes de nuestro presidente. Esperemos que "su" sucesor -nunca mejor dicho- en el Partido Popular tenga un talante más abierto y constructivo y menos autoritario.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de agosto de 2003