El Sporting Club de Montecarlo fue sede el pasado viernes de la tradicional gala benéfica de la Cruz Roja de Mónaco, donde no faltaron el príncipe Rainiero, la princesa Carolina y su marido el príncipe Ernesto Augusto de Hannover. No acudió a la cita la rebelde de la familia, Estefanía de Mónaco. La cena, a más de mil euros el cubierto, dio paso al también tradicional baile monegasco.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de agosto de 2003